(vieja leyenda tradicional celta)
Durante una cacería de sus famosas
cacerías, Finn Mc Cumhaill, vió cruzar repentinamente la senda que seguían, a
una hermosa cierva dorada.
Los perros se lanzaran en su persecución
y luego de varias horas, en un fresco valle, la cierva, sin duda muy cansada
por la carrera, se detuvo y cayó al suelo.
Como era de esperar, los perros se
lanzaron hacia ella, pero para asombro del cazador, en lugar de atacarla,
comenzaron a jugar a su alrededor, lamiendo su cara y su cuello.